'Mamá es más bonita de lo que imaginaba'

Por José Luis González
El Norte
(19 Noviembre 2003).-


Operan con éxito a niño ciego por catarata congénita
EL NORTE / Nayarit

TEPIC.- Con el gusto de que ya podrá valerse por sí mismo para caminar por las calles, distinguir a las personas, las letras y los colores, Cristóbal de la Cruz García, a sus 8 años, empieza a vivir lo que para su madre es un milagro: tener el sentido de la vista.
Desde que nació Cristóbal padeció una enfermedad llamada catarata congénita, que le impedía poder ver, y por ende realizar su infancia como la mayoría de los niños.
"Estaba acostumbrado a que yo le dijera que aquí hay un escalón, o cuidado con la puerta, con la cama, siempre le estaba diciendo por dónde irse para que no chocara", cuenta Luci de la Cruz, mamá de Cristóbal.
"Ahora él está muy sorprendido, y yo también, pues ahora ya puede ver la televisión, irse a jugar con los demás niños y ya va a empezar a ir a la escuela. Es como un milagro.
"Se la ha estado preguntando qué es eso, quién es él o ella, cómo se llama esto, para qué sirve. Todo para él es nuevo, y está feliz, dice que ya es como los demás".
Con las cicatrices marcadas en su cara y cuerpo por los accidentes que tuvo por la ceguera, Cristóbal comenta uno de los "trancazos" que más recuerda.
"Estaba en la casa de mi abuelita, y como no podía ver, pues pisé al perro y me mordió la cara", dijo.
"Lo que pasa que es muy inquieto", dijo su madre, "y siempre ha querido andar de un lado para otro, por eso se ha caído muchas veces, o tropezado o chocado con las cosas, pero eso ya no va a pasar".
Aunque para el pequeño ya era normal no ver, a veces le pedía a su mamá que le ayudara para que supiera cómo eran las cosas y los colores.
"Antes me decía: 'mamá, dime qué es color rojo o azul', y yo no hallaba cómo explicarle qué es un color o cómo es, y ahorita ya es más fácil".
Entre las cosas que más le han sorprendido ver, dijo Cristóbal, están las flores, los colores que, aunque todavía no aprende a reconocerlos todos por sus nombres, señala que sus favoritos son el rojo y el azul.
Lo primero que vio al abrir sus ojos después de la operación fue a su mamá y a las enfermeras.
"Las flores son muy bonitas, de muchos colores, además huelen bien, son lo que más me ha gustado, además de poder ver a Erick, mi mejor amigo... y a mi mamá", recuerda.
"Cuando me quitaron los parches de los ojos vi a mi mamá, y le dije que era muy bonita, más de lo que me imaginaba".
La situación económica y la falta de apoyo de una pareja le impedían realizar la operación de Cristóbal, comenta Luci, pero la desesperación del niño la orillaron a pedir ayuda.
"Muchas veces me gritó: 'cúrame' mientras lloraba, porque sabía que no estaba bien de sus ojos, y sus amiguitos se lo decían", comenta.
"Pero yo trabajo en una estética y gano muy poco haciendo el aseo, y soy madre soltera, era muy difícil la operación".

Apadrina Alcalde operación


La mamá de Cristóbal acudió a la audiencia pública con el Alcalde de Tepic, Ney González, y le planteó el problema y que la operación costaba en promedio 16 mil pesos. La respuesta del Ayuntamiento fue inmediata; proporcionó los recursos y el menor fue intervenido.
A una semana de haber sido operado, Cristóbal está aprendiendo día con día cosas nuevas, entre ellas a jugar, por lo que le pide al Niño Dios una bicicleta y unos patines.
"Estoy aprendiendo a jugar con la pelota y quiero que en Navidad el Niño Dios me traiga una bicicleta y unos patines para andar por todos lados y llevar a mi mamá".
De los 502 casos de cataratas que se presentaron este año en Tepic, el de Cristóbal fue único por ser congénito, ya que los demás pacientes fueron adultos y alrededor de 170 presentaban ceguera, explicó Roberto Fuentes Estrada, Subsecretario de Salud Integral en el municipio y encargado del programa "Gracias a la Bondad puedo Ver la Luz".