cúmulos

Aún y cuando era solo cuestión de estirar las manos y abrazar una nube, la gente no terminaba de creerlo, jamás se había visto eso que cúmulos tan esponjados rondaran por la ciudad como si nada, habíamos presenciado, más de una vez y con cierta molestia, la presencia de la pedante neblina, la bruma , pero estratocúmulos?, parecía una fiesta de espuma en la ciudad, se postraban arriba del kiosco y del palacio municipal, en las calles avanzaban lentamente entorpeciendo el tráfico los caballos con mucho cuidado preferían sacarles la vuelta , los perros les ladraban divertidos, los niños jugaban a las guerras de nubes, la ciudad apareció en todos los noticieros del mundo, para el medio día la decisión de las nubes de bajar a convivir con nosotros había sido comunicada a cada habitante del país, a cada habitante del planeta, eso en un principio fue motivo de envidias transnacionales , en ese momento no sabíamos.

no soy de piedra, no es como que nada me sorprende, al contrario, mi cabeza da vueltas de sorpresa, la noche anterior me dormí sin cerrar la ventana del baño, por la mañana lo que me despertó, o al menos lo que hizo que abriera los ojos, fue una nube frente al lavabo, tímida y sigilosamente entró al amanecer pensando que no habría nadie ahí, cuando abrí los ojos estaba frente al espejo, se admiraba y acomodaba sus aborregadas voluptuosidades, estiré mi mano al buró para encontrar mis lentes solo para confirmar que en mi baño no había una gigantesca e impoluta coliflor. no se qué me hubiera alarmado más si ver el vegetal gigante que había imaginado o cerciorarme de lo que sucedía, una típica Cumulonimbos incus se chuleaba en el espejo de mi baño. no pude evitarlo mi boca estaba ya abierta cuando ese suspiro salió desde el fondo de mi estomago, por muy extraño que suene la nube me escuchó, por decir que sintió mi presencia solo cuando rompí el silenció, de estar dirigida hacia el espejo, giró rápidamente hacia donde yo estaba y se alejó con cautela medio metro, estudiándome, estudiándonos, Hannah, grité solo para cerciorarme que estaba solo en casa, que estaba solo con ella, era hermosa, eternamente blanca, no dejaba de bullir desde adentro suyo, formando nuevos cambiantes y blanquísimos cogollos en su superficie, mas suaves que el mas puro algodón. le pedí de buena manera que saliera ya que necesitaba usar el inodoro. como no entendía ni castellano ni las señas mas universales decidí entrar al baño y como si no pudiéramos estar los dos en la misma habitación, se adelgazó lo suficiente como para esquivarme y verterse en su forma original en mi cuarto a un lado de mi cama, veo por la ventana que hay mas de ellas afuera esperando entrar ,en mi casa, en la de los vecinos como si trataran de ser amigables, convivir con nosotros, veo a la vecina con una escoba sacando un rosado estratocúmulo de atardecer de su casa , la pequeña nube acariciaba gentilmente las cerdas de la escoba tratando de aferrarse cariñosamente sin prestar atención a los gritos y violentos movimientos de la mujer. esto cada vez me esta pareciendo mas raro, a media mañana pensé mientras calentaba el agua de mi café, viendo por la ventana de la cocina un par de lenticulares en medio de la calle, los peatones acalorados ya ni las voltean a ver

El servicio de transporte urbano ha suspendido sus servicio por unas horas mientras que el ayuntamiento limpia las calles invadidas en su totalidad por nubes, cúmulos, cirros, stratos, altos, nimbos todos regados en las banquetas en las esquinas colgadas del semáforo, la policía reportó un autobús lleno de gente perdido dentro de una mammatus, esto es una locura, dijo muy acalorado aflojándose la corbata el viejo reportero ante las cámaras después de 60 largos años de intachable carrera periodística, y 30 igual de largos, para que siga valiendo la expresión, dando la cara al noticiero de la media tarde. entre magdalenas café y leche las familias sentadas sobre noctilucientes sabanas entendieron o así creyeron haberlo hecho en caso de que sea posible en estas situaciones algo entender, la magnitud del problema en el que estaban metidos.

Los demás culpan de los males sucedidos al gobierno, y sea lo que sea a mi nadie viene a ayudarme a sacar toda esta agua de mi casa yo ya estoy muy vieja ,dónde está el gobierno pa que limpie este desorden, a ver mamá, quién es ese señor de verde allá afuera, eh, quién es, quien es ese señor de verde cargando cubetas allá afuera y ese otro amontonando costales? quien es eh? es un soldado, es un soldado mamá, muy bien, ahí está tu gobierno ayudándote a sacar agua de tu casa. pero eso no es lo que yo digo, no mamá lo que tu dices es porqué el gobierno ordenó atacarlas, y no cualquier otra decisión? cual otra decisión mamá? no atacar ? no bombardear? acuérdate, tu misma les gritabas a las nubes, les gritabas! las barrías fuera de tu casa!

ante el repentino cambio en la actitud de los humanos hacia ellas, las nubes asustadas buscaron refugio en donde según su entendimiento les hacia creer que no estorbaban, esto causó aun mas caos y pánico entre los habitantes que sonaban mas su claxon y agregaban mas consonantes a sus ya de por si aparatosas palabrotas, hasta la presencia de las fuerzas combativas del estado, que en un principio entendieron que las balas no le harían daño alguno al enemigo, pero el sonido que hacia lograba asustarlas hacerlas correr chocando unas contra otras, nadie escuchó la advertencia del que dijo que eso solo ocasionaría lo peor, las nubes de miedo empezaron a tronar en quejidos centellando de pena, entendieron que no eran deseadas aquí abajo, dando gritos de vergüenza y dolor comenzaron a subir, todas en fila como manada de elefantes que van a bienmorir que se acomodaron tapando el cielo totalmente azul hasta entonces, una a una comenzaron, quebrantaron sus crujidos en un inconsolable diluvio, que mas se acrecentaba cuando entre ellas recordaban su pena, hubo mas de un idiota que sonrió al ver esto, somos libres dijeron , las nubes se han ido, pero las nubes no se fueron, la tormenta duró 4 días con sus noches. los humanos algunos de ellos, comprendieron su error al sufrir las inclemencias que implica que el mar se vacíe sobre la tierra en un chaparrón con gigantismo.